Tejer en sprang es como orar o rezar, con la práctica se adquiere un ritmo de trabajo donde las manos y la mente se integran, como cuando se canta un mantra, un equilibrado estado de atención sin tensión.
Desde luego todo cambia de repetente si nos proponemos algunos desafíos como las texturas y los diseños, pero de todos modos vale la pena intentarlo.
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